Cuando es hora de irse… es realmente hora de irse

Andrew Goodfellow sabe por experiencia propia que cuando llega la hora de irse, llega realmente la hora de irse. Él y su perro tuvieron suerte de escapar de una repentina bola de fuego que se acercaba a la propiedad de Andrew al aproximarse el incendio de Kian Road. Tuvieron que navegar en una oscuridad prácticamente total durante kilómetros para poder salir.

Afortunadamente, ambos salieron ilesos, pero lamentablemente la casa de Andrew, que estaba asentada en medio de una magnífica selva tropical, quedó destruida.

Andrew vive actualmente con unos amigos en una ciudad vecina, hasta que se pongan en marcha el seguro y las medidas locales de socorro. «Todo lleva tanto tiempo que casi te olvidas de lo que es vivir allí», dice.

Pero Andrew es resistente y sigue adelante. Conduce el autobús escolar local y pasa incontables horas como voluntario en centros de ayuda locales, repartiendo suministros a otras personas de la comunidad que necesitan toda la ayuda posible.

La donación de Davey se conectará a su depósito de agua para establecer el suministro de agua a su casa una vez construida.